8 oct 2008


Así funciono, por peor que suene. Es fácil: él me da lo que quiero o en parte. Me hace creer que me da lo que quiero o me autoconvenzo de estar satifsfecha con lo que me da o le mendigo y acepta entregar a modo de limosna. Y por otro lado (me considero un vivíparo pensante) a veces, pocas veces, tomo conciencia de la irracionalidad de lo que hago, de la impotencia que encarno, de lo patético de mis actitudes, y comienzo a pensar y eso me hace odiarlo. La electricidad me hace odiarlo y me hace dormir. Generalmente cuando me despierto, no recuerdo porqué llore y cuando logro saber por qué, aún no lo entiendo. No puedo ponerme en mis propios zapatos. Como si esa noche de sueños rotos me hubiera borrado todo registro de empatía conmigo misma. Al despertar, la pena aparece reducida y hasta minimizada. Nada más que eso. Él no asume culpas, no le inculpo nada, yo vuelvo a ser el feliz arlequín que alegra la vida de los otros y comienza una vez más todo cuando me doy cuenta de que no es suficiente para mí, que necesito más que eso. Así es como se ama y se odia a alguien hasta límites insospechados. Tiempo después mi psicologa me obligó a no desentenderme de mi pena: "Y vas a venir, aunque supongas que es algo resuelto. Con vos es siempre lo mismo. En un momento estás muriendo y al día siguiente, como lograste repararlo (ahogarlo) hacés como si nada hubiera ocurrido, olvidando el asunto por completo". Sí, tiene razón. Siempre ahogo mis sensaciones, mís deseos, mis sentimientos, mis miserias y alegrías. Lo suprimo todo, eternamente, porque es menos doloroso dejar de sentir. Entonces empiezo a pensar. Me hago preguntas racionales y contesto sin mayores problemas. Y la vida es así: fácil, cerebral. Tengo, es cierto, varias personalidad y para cada una de ellas un grupo de amigos diferente. Me cuesta mezclar amigas. Hay gente que no se bancaría a Celeste de mal humor y otras que se sienten demasiado comodas con Celeste. Soy lo que el ambiente quiere que sea, lo que las situaciones me indican que es mejor ser.

No hay comentarios: